Una empresa especializada en carrocerías de autobuses sustituyó un compuesto de acabado a base de resinas epoxídicas que contienen naftaleno, etilbenceno, nafta (fracciones aromáticas pesadas).
El cambio introducido fue el uso de un compuesto al agua de la serie IDROSTAR (muy similar al que se utiliza en los talleres de reparación de coches). Este sustituto a base de etanol y amoniaco es menos tóxico (se utiliza para cubrir carrocerías metálicas tras la reparación de pequeñas abolladuras) y no requiere acabado eléctrico.
El principal objetivo del departamento de salud y seguridad del sindicato regional es utilizar esta exitosa práctica de sustitución para fomentar la sustitución de otros disolventes y pinturas que se utilizan actualmente en la empresa.