En toda Europa, se calcula que 36 millones de trabajadores están expuestos a la radiación ultravioleta (RUV) natural del sol y alrededor de 1 millón a la RUV de fuentes artificiales. La exposición a la RUV afecta principalmente a la piel y a los ojos. Tanto la RUV solar como la artificial están clasificadas como cancerígenas para el ser humano (IARC Grupo 1). Una exposición excesiva a la RUV provoca quemaduras solares e inflamación de la córnea y la conjuntiva al cabo de unas horas. Tras muchos años de exposición a la RUV pueden desarrollarse cataratas y distintos tipos de cáncer de piel. En Europa, la IARC informó de más de 470.000 nuevos casos de cáncer de piel (melanoma y no melanoma) para 2022.
Dónde se producen los riesgos
Todos los trabajadores que trabajan al aire libre, por ejemplo en la agricultura y la silvicultura, en la construcción de edificios y la ingeniería civil, o en la navegación, se ven especialmente afectados por la RUV solar. Sin embargo, los trabajadores que sólo trabajan parcialmente al aire libre, como los de los servicios de reparto, policía y emergencias, en la educación y en la gastronomía, también corren riesgos derivados de la exposición a la RUV solar. Las actividades laborales que pueden ir acompañadas de RUV artificial son, por ejemplo, la soldadura o el corte con arco o láser, el ensayo de materiales, la desinfección por UV (industria alimentaria, tratamiento de aguas) o el curado industrial de pinturas.
Más sobre el peligro
La RUV con longitudes de onda entre 100 y 400 nm no es visible ni perceptible de ninguna otra forma. No todas las longitudes de onda de la RUV tienen el mismo efecto biológico, pero hay que tener en cuenta las sensibilidades espectrales relativas de la piel y los ojos. En consecuencia, especialmente la radiación UV-B (280 - 315 nm) supone un riesgo de quemadura solar. La radiación UV-A (315 - 400 nm) provoca, entre otras cosas, envejecimiento cutáneo y arrugas.
La radiación UV-C solar (100 - 280 nm) es completamente absorbida por la capa de ozono estratosférica y, por tanto, no llega a la superficie terrestre. Sin embargo, la radiación UV-C artificial puede producirse, por ejemplo, durante la soldadura por arco y la desinfección (normalmente con una longitud de onda de 254 nm) o por el uso de determinadas fuentes láser. La radiación UV-C artificial es parcialmente absorbida por el aire, lo que da lugar a la formación de ozono.
Peligros que pueden ocurrir
La RUV afecta principalmente a las superficies de la piel y los ojos, pero también se sabe que suprime el sistema inmunitario. La exposición aguda y excesiva a la RUV puede provocar una inflamación dolorosa pero reversible de la córnea y la conjuntiva, que se siente como «arena en el ojo», así como un enrojecimiento inflamatorio de la piel (eritema, sinónimo de quemadura solar). La exposición prolongada a una RUV elevada aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel tanto blanco (no melanoma) como negro (melanoma), así como cataratas. Mientras que los efectos agudos sobre la salud se retrasan unas horas, la latencia de las enfermedades causadas por la exposición crónica a la RUV es del orden de décadas.
Qué puedes hacer
La comprobación inicial para sustituir el equipo de trabajo peligroso es la forma más eficaz de evitar la exposición a la RUV. Con respecto a la RUV solar, no es posible sustituir la fuente de riesgo (el sol). Sin embargo, si se pretende utilizar RUV artificial o se produce de forma involuntaria, debe realizarse previamente una comprobación de sustitución. En principio, una combinación razonable de medidas técnicas, organizativas y personales ofrece la mejor protección contra la RUV.
Las medidas técnicas incluyen todas las formas de apantallamiento y sombreado, por ejemplo, toldos en lugares de trabajo fijos y sombrillas en lugares de trabajo exteriores no fijos. Las cabinas completamente cerradas proporcionan protección UVR cuando se utilizan equipos de trabajo móviles. La sombra existente, por ejemplo de edificios o plantas, a menudo sólo ofrece una protección limitada contra la RUV. Cuando se utiliza UVR artificial, encerrar la fuente o apantallar la UVR accesible es una forma adecuada de garantizar una protección UVR eficaz.
Las medidas organizativas tienen por objeto reducir la duración de la exposición. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, trasladar las actividades laborales a zonas sombreadas o protegidas que sólo estén ligeramente expuestas o que no lo estén en absoluto, y cambiar el horario de trabajo a las primeras horas de la mañana y a las últimas de la tarde (para el trabajo al aire libre). Distribuir las actividades laborales entre varios trabajadores y restringir el acceso a los lugares de trabajo interiores expuestos a la RUV mediante señales o etiquetas son también ejemplos de medidas organizativas.
Suelen ser obligatorias medidas personales como un casco con ala ancha y protección para el cuello, gafas de seguridad (gafas de sol o gafas de protección específicamente diseñadas para la RUV artificial), pantallas faciales y viseras, así como ropa y guantes que cubran todo el cuerpo. Las zonas de la piel que no pueden cubrirse con tejidos, por ejemplo la cara de los trabajadores al aire libre, deben protegerse utilizando un protector solar con un factor de protección solar suficientemente alto.
Referencias: IARC, COM, ICNIRP