Una lavandería hospitalaria situada en Madrid limpiaba en seco sábanas, toallas, ropa de trabajo, etc. para varios centros sanitarios. El percloroetileno (también conocido como tetracloroetano) se utilizaba sólo para eliminar manchas persistentes.
Una intervención de la Unión consiguió eliminar el producto nocivo percloroetileno, y ahora se desecha la ropa con manchas persistentes.