El tricloroetileno se utiliza en los laboratorios de control de calidad para determinar la cantidad de betún en las mezclas asfálticas. El betún es una sustancia peligrosa cuya eliminación o sustitución por una sustancia química menos peligrosa es una prioridad para la salud y la seguridad. La eliminación del tricloroetileno del proceso se realiza mediante un pequeño horno de mufla que quema la mezcla asfáltica a la temperatura de evaporación del betún. Este procedimiento facilita el cálculo del porcentaje de betún en la mezcla basándose en la diferencia de peso.