La biovigilancia laboral (vigilancia biológica) es una herramienta para evaluar la exposición a sustancias químicas en el trabajo. La nueva guía de la EU-OSHA pretende ayudar a los profesionales y gestores de la salud laboral a establecer y gestionar programas de biovigilancia en el lugar de trabajo para la exposición a sustancias químicas y a utilizar los resultados para mejorar la prevención.
La guía establece principios comunes y explica la función y el uso de los valores orientativos de la vigilancia biológica y los valores límite biológicos. La guía abarca el uso de la biovigilancia para la exposición a sustancias químicas en el lugar de trabajo con fines de evaluación de la exposición y vigilancia de la salud, incluso en caso de accidentes y vertidos químicos.
Cuestiones éticas
Dado que la biovigilancia implica mediciones en muestras biológicas recogidas de personas, es esencial que se salvaguarden los derechos de la persona que proporciona la muestra. La guía explica cómo establecer un programa eficaz de biovigilancia en el contexto laboral, protegiendo al mismo tiempo los derechos de los participantes individuales. Profundiza en las cuestiones éticas para proteger la intimidad y los derechos de los trabajadores, y proporciona información a los trabajadores sobre lo que pueden esperar de dicho seguimiento.
Vigilancia biológica
Existen distintos tipos de procedimientos de vigilancia de la salud utilizados para evaluar la exposición a sustancias químicas peligrosas, como las preguntas de las entrevistas y los reconocimientos médicos. La guía ofrece a los trabajadores información sobre lo que puede suponer la biovigilancia laboral y cubre aspectos clave como las ventajas, las limitaciones, la interpretación de los resultados, el derecho a la información, las cuestiones éticas y el consentimiento.
Sobre el control biológicoLa monitorización de la exposición biológica, comúnmente denominada biomonitorización, es la medición de una sustancia o sus metabolitos (productos de descomposición) en una muestra biológica obtenida de un individuo. Los tipos de muestra más comunes son el suero, la sangre y la orina, pero se han utilizado otros, principalmente en investigación, como la saliva, el pelo, el sudor y el aliento exhalado. El tipo de muestra viene determinado principalmente por la sustancia objeto de seguimiento, pero, cuando existen múltiples opciones, su recogida presentará distintos niveles de invasividad y puede reflejar distintos plazos de exposición. A menudo, la biomonitorización cuantifica la sustancia de interés en una muestra, pero a veces es más apropiado medir un producto de biotransformación (metabolito o un producto de reacción con el ADN o una proteína, lo que se denomina producto de adición o aducto). Idealmente, un buen biomarcador debe reflejar la dosis interna, ser lo bastante sensible para detectar niveles relevantes de exposición y ser específico de una sustancia individual (o de un grupo de sustancias estrechamente relacionadas). La vigilancia de los efectos biológicos es la medición y evaluación de los primeros efectos biológicos causados por la absorción de sustancias químicas, antes de que se produzca un deterioro de la salud de los trabajadores expuestos. Normalmente consiste en medir respuestas bioquímicas: por ejemplo, medir la actividad de la colinesterasa plasmática y eritrocitaria en trabajadores expuestos a plaguicidas organofosforados; o medir el aumento de las proteínas urinarias tras la exposición al cadmio. Estas respuestas pueden tener implicaciones potenciales para la salud del individuo y pueden derivarse de una exposición no ocupacional. En consecuencia, la monitorización de los efectos biológicos en un contexto ocupacional debe realizarse siempre bajo la supervisión de un médico del trabajo. Los biomarcadores de efectos se utilizan principalmente en la investigación o en las evaluaciones clínicas. |