Se calcula que unos 54.000 trabajadores de la UE están potencialmente expuestos a la acrilamida. La exposición profesional a la acrilamida se debe principalmente al contacto dérmico con el monómero sólido y a la inhalación de polvo y vapor durante la producción de acrilamida y poliacrilamida.
Su exposición aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer (clasificados como grupo 2A por la IARC, es decir, probables carcinógenos humanos). En el organismo, la acrilamida se convierte en un compuesto llamado glicidamida, que provoca mutaciones y daños en el ADN. Los altos niveles de exposición profesional a la acrilamida también pueden causar daños neurológicos. Sin embargo, los estudios sobre la exposición ocupacional son actualmente limitados y no concluyentes.
Dónde se producen los riesgos
Los trabajadores de las industrias del papel y la pasta de papel, la construcción, la fundición, la extracción de petróleo, los textiles, los cosméticos, el procesado de alimentos, los plásticos, la minería y la agricultura están potencialmente expuestos a la acrilamida.
Más sobre la sustancia
La acrilamida es una amida insaturada que existe como un sólido cristalino blanco e inodoro a temperatura ambiente. Se utiliza principalmente para fabricar sustancias llamadas poliacrilamida y copolímeros de acrilamida que se emplean en muchos procesos industriales, como la producción de papel, tintes y plásticos, y en el tratamiento del agua potable y de las aguas residuales, incluidas las aguas fecales.
Peligros que pueden ocurrir
La exposición prolongada o repetida por cualquier vía puede causar debilidad muscular, incoordinación, erupciones cutáneas, sudoración excesiva de manos y pies, manos frías, descamación de la piel, entumecimiento, sensaciones cutáneas o musculares anormales, fatiga, y causar daños en el sistema nervioso central y periférico. La exposición prolongada a la acrilamida durante años puede causar varios tipos de cáncer a través del ADN dañado.
El periodo de latencia entre la exposición y el cáncer relacionado con la acrilamida varía de 4 a 16 años.
Qué puedes hacer
- Realiza continuamente mediciones adecuadas de la exposición para saber cuándo deben tomarse medidas.
- Investiga si los trabajadores informan de síntomas precoces. Los trabajadores deben ser conscientes de los efectos de la exposición.
- La mejor solución es controlar la exposición, por ejemplo evitando el contacto dérmico y por inhalación. Lo ideal es desarrollar sistemas cerrados para manipular el monómero de acrilamida.
- Si es posible, debe evitarse la manipulación del monómero en un espacio confinado.
- Los trabajadores que manipulen el agente deben llevar guantes largos de polivinilo y monos lavables.
- Instala sistemas de ventilación adecuados.
- Debe prohibirse comer en el lugar de trabajo.
- Los trabajadores deben lavarse a fondo al final de cada turno y después de cualquier exposición involuntaria.
- Los equipos de protección individual sólo deben utilizarse como último recurso, tras introducir las posibles soluciones de ingeniería.