Como técnico en metalizado de metales, tu ocupación implica trabajar con diversos materiales y maquinaria que pueden exponerte a riesgos cancerígenos potenciales. Estos peligros pueden derivarse de factores como los fluidos de trabajo del metal, el polvo metálico y el uso de fluidos de corte, que presentan riesgos potenciales para la salud a lo largo del tiempo.
Los fluidos metalúrgicos, incluidos los aceites y los refrigerantes, se utilizan habitualmente en los procesos de mecanizado para lubricar y refrigerar las superficies metálicas. La exposición prolongada a estos fluidos puede implicar el contacto con sustancias que, con el tiempo, podrían contribuir a la irritación de la piel y plantear riesgos cancerígenos potenciales. Además, la generación de polvo metálico durante los procesos de mecanizado, como el corte, el rectificado o el fresado, puede liberar partículas que, al ser inhaladas, pueden aumentar el riesgo de problemas respiratorios y de cáncer.
Para mitigar estos riesgos, es crucial aplicar medidas de seguridad y adherirse a las mejores prácticas en el mecanizado de metales. Utilizar sistemas de ventilación y equipos de extracción eficaces durante los procesos de mecanizado puede reducir aún más la inhalación de polvo y humos metálicos. Llevar un equipo de protección individual (EPI) adecuado, que incluya guantes, gafas de seguridad y protección respiratoria, puede ayudar a minimizar el contacto directo con sustancias potencialmente nocivas.