Se calcula que hasta 1,3 millones de trabajadores están expuestos a hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs) en la UE. PAHs está clasificado como Cancerígeno del Grupo 1 por la IARC, lo que significa que se considera una causa definitiva de cáncer.
Muchos PAHs están clasificados como Cancerígeno de categoría 1A o 1B según el reglamento CLP, lo que significa que las sustancias son una causa definida de cáncer o pueden causar cáncer en los seres humanos. PAHs pueden tragarse, inhalarse o, en algunos casos, atravesar la piel. La exposición prolongada puede causar cáncer de pulmón y de piel.
Dónde se producen los riesgos
Los trabajadores de industrias u oficios que utilizan o producen carbón o productos derivados del carbón corren el mayor riesgo de exposición a los PAHs. Entre estos trabajadores se incluyen los trabajadores del asfalto, los trabajadores del gas de hulla, los pescadores (alquitrán de hulla en las redes), los trabajadores de electrodos de grafito, los mecánicos (de automóviles y motores diesel), los trabajadores de carreteras (pavimentación) y los trabajadores de la fabricación de neumáticos y caucho. Además, la extinción de incendios, la incineración de residuos, los ahumaderos, la cocina, los crematorios, el deshollinado de chimeneas, la conservación de la madera y la recuperación de suelos están asociados a la generación no intencionada de PAHs.
Más sobre la sustancia
PAHs son una clase de numerosas sustancias químicas que aparecen de forma natural en el carbón, el petróleo crudo y la gasolina. También se forman a través de procesos a alta temperatura que resultan de la combustión incompleta o la pirólisis de materiales orgánicos como el carbón, el petróleo, el gas, la madera, la basura y el tabaco. PAHs generados a partir de estas fuentes pueden unirse o formar pequeñas partículas en el aire. La cocción a alta temperatura formará PAHs en la carne y en otros alimentos. El humo de los cigarrillos contiene muchos PAHs.
Peligros que pueden ocurrir
PAHs tienen una toxicidad aguda baja. Los efectos agudos atribuidos a la exposición a PAHs probablemente estén causados por otros agentes. La exposición laboral a largo plazo a PAHs puede afectar a múltiples sistemas del organismo. Puede afectar al sistema respiratorio (disminución de la función pulmonar, dolor torácico, irritación de las vías respiratorias y cáncer de pulmón), al sistema gastrointestinal (incluido el cáncer gastrointestinal), a la piel (quemaduras y verrugas en las zonas expuestas al sol que pueden convertirse en cáncer) y a los ojos (irritación ocular). También puede ser causa de otros tipos de cáncer, como leucemia, cáncer de hígado y de vejiga.
El periodo de latencia entre la exposición y el cáncer relacionado con PAHs varía de 5 a 20 años, según los distintos tipos de cáncer.
Qué puedes hacer
La mejor solución es controlar la exposición mediante su eliminación o sustitución. Sin embargo, como PAHs se origina en procesos de combustión, no es fácil eliminar o sustituir esta sustancia. El humo debe minimizarse lo más cerca posible de la fuente, rediseñando el trabajo y reconsiderando las técnicas y materiales utilizados, por ejemplo un soplete de soldadura extraído. Si eso no funciona, la emisión debe controlarse en las proximidades de la fuente, por ejemplo utilizando sistemas locales de ventilación por extracción. Realiza periódicamente mediciones representativas de la exposición para saber cuándo y dónde deben tomarse nuevas medidas de reducción del riesgo.
Haz que los trabajadores sean continuamente conscientes de los efectos de la exposición y anímales a informar de los primeros síntomas. El equipo de protección personal sólo debe utilizarse como último recurso, una vez agotadas las posibles soluciones técnicas. Si se utiliza, asegúrate de tener a mano el equipo de protección personal adecuado. Para PAHs, también es posible controlar la carga corporal realizando un control biológico, si procede según la legislación nacional.
Referencias: CDC, IARC, informe del estudio IA