Según las estimaciones más recientes, unos 20.000 trabajadores de la UE están potencialmente expuestos al berilio. El berilio tiene una clasificación armonizada según el reglamento CLP como carcinógeno de categoría 1B, lo que significa que probablemente causa cáncer de pulmón en los seres humanos.
El berilio también puede causar sensibilización cutánea y enfermedad crónica por berilio. Las principales vías de exposición humana al berilio y sus compuestos son la inhalación de polvos y humos y el contacto dérmico con productos que contengan berilio.
Dónde se producen los riesgos
Los procesos con mayor exposición supuesta son la fusión, el vertido y el trabajo en caliente, así como el rectificado mecánico de aleaciones de berilio. Las ocupaciones con alto riesgo de exposición al berilio son los fabricantes de aleaciones de berilio, los trabajadores de la cerámica, los técnicos de misiles, los trabajadores de reactores nucleares y los trabajadores de equipos eléctricos, electrónicos y ópticos. También existen riesgos para la fundición de metales no férreos y la transformación primaria del cobre, y, en el caso de la producción de aluminio, la exposición puede deberse al contenido de berilio de la bauxita. La exposición profesional también puede dar lugar a una exposición en casa al berilio en la ropa de trabajo, aunque en algunos países está prohibido llevarse la ropa a casa.
Más sobre la sustancia
El berilio es un metal ligero con un punto de fusión y una relación resistencia/peso inusualmente altos. Es la más ligera de todas las sustancias sólidas químicamente estables. El berilio metálico puro y sus aleaciones con cobre y aluminio se utilizan en la industria aeronáutica y en vehículos espaciales, reactores nucleares y componentes de audio. Los compuestos inorgánicos de berilio con óxido, cloruro, fluoruro, hidróxido, sulfato y nitrato encuentran su uso en otras múltiples aplicaciones.
Peligros que pueden ocurrir
Cuando se inhala polvo que contiene berilio, puede causar dificultad para respirar, tos, fatiga, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. En casos graves puede ser mortal si se inhala y tóxico si se ingiere. La exposición prolongada puede causar enfermedad aguda o crónica por berilio, una enfermedad pulmonar progresiva, o incluso cáncer de pulmón. La sensibilización al berilio puede producirse por inhalación o exposición cutánea al polvo, humo, niebla o soluciones de berilio.
El periodo de latencia del cáncer relacionado con el berilio varía de 15 a 25 años.
Qué puedes hacer
La forma más eficaz de evitar la exposición es utilizar alternativas sin berilio o con menor concentración de berilio. Si no pueden sustituirse los productos que contienen berilio, debe reducirse la exposición al berilio y sus compuestos mediante controles técnicos (p. ej., uso en sistemas cerrados, ventilación de escape local donde puedan producirse emisiones). Limpiar sólo con aspiradora o en húmedo el equipo y las superficies del suelo de trabajo (máquinas, suelo). Realiza periódicamente mediciones representativas de la exposición para saber cuándo y dónde hay que actuar. Concienciar continuamente a los trabajadores sobre los efectos de la exposición y animarles a que informen sobre los primeros síntomas. Se recomienda recurrir a un médico del trabajo.
Además, forma a los trabajadores sobre los peligros, las prácticas laborales seguras y las medidas higiénicas eficaces. Compleméntalo con equipos de protección individual cuando los controles factibles no sean suficientes para reducir las exposiciones por debajo de los límites de exposición. El equipo de protección personal sólo debe utilizarse como último recurso, después de haber presentado las posibles soluciones técnicas. Los trabajadores también deben lavarse la cara, las manos y los antebrazos antes de comer, fumar o aplicarse cosméticos. Debe evitarse en todo momento el contacto prolongado de la piel con polvo que contenga berilio.
Referencias: CLP, IARC, CDC, CAREX, OSHA, NIOSH, CE, BeST